Exponen Esqueleto en el Ecocentro

LA MUESTRA ES AUSPICIADA POR LA EMPRESA ALUAR ALUMINIO ARGENTINO
El Ecocentro exhibe un esqueleto de ballena franca austral ver nota

Desde el último sábado la ciudad tiene un nuevo atractivo turístico al ponerse en exhibición un esqueleto de ballena franca austral. La muestra podrá ser apreciada por los vecinos y el turismo en el predio del Ecocentro, contando con el auspicio de la empresa Aluar.
El ejemplar de cetáceo varó en octubre del año 2000 frente a las instalaciones del centro de interpretación y tras un arduo trabajo fue armado en su totalidad por un equipo de voluntarios coordinado por el investigador Alejandro Carribero.
El armado completo del esqueleto de ballena franca austral es el segundo que se realizó en Sudamérica. La exhibición representa el cierre de las actividades culturales desarrolladas por el Ecocentro a lo largo del 2003, las que contaron con el invalorable apoyo de la empresa de aluminio argentino. Un dato significativo es que toda la estructura ósea del ejemplar pesa unos 2 mil kilos, pudiendo observarse la magnitud que tenía el cetáceo que no había llegado a su adultez al momento de aparecer muerto.
La recuperación del esqueleto de la ballena franca nació ante la idea de las autoridades del centro de interpretación de “mostrar cómo es el armazón, además de estar ligado a muchas actividades educativas que vamos hacer a lo largo del año que viene” comentó María Elena Lizurume -coordinadora del Programa Cultural del Ecocentro-.

Afección en las vías respiratorias

La recuperación del esqueleto de la ballena franca austral demandó más de dos años de intenso trabajo y la participación de un numeroso grupo de personas, muchas de las cuales lo hicieron en su carácter de voluntario. “Es un trabajo insalubre, que no tiene forma de pagarse”, manifestó Alejandro Carribero, que recordó que el cetáceo “era una ballena que se encontró frente a las costas de Puerto Madryn, era una hembra de unos 9 años”. La investigación y los estudios realizados permitieron establecer que el animal murió de una infección en las vías respiratorias, además de no encontrarse cicatrices que indicaran que hubiera parido.
El trabajo del equipo de voluntarios fue extenuante y se desarrolló en distintas etapas. Una vez que fue detectado el animal muerto, se procedió a realizar el varamiento de la ballena, que fue depositada frente a las instalaciones del Ecocentro. Allí comenzaron a practicarse las primeras necropsias donde se constató que el cetáceo tenía doce metros de largo y que pesaba unas 28 toneladas.

Dos años de silencioso trabajo

Una vez que fue varado el ejemplar, el equipo de voluntarios comenzó a despostar el animal, tarea que demandó unos 30 días de intenso trabajo. El investigador Alejandro Carribero comentó que “se cortaron todas las piezas, se recuperaron los huesos, inclusive los huesos vestigiales de cuando las ballenas eran terrestres y tenían patas traseras”. Con la estructura ósea recuperada, donde había grasa y carne pegada a los huesos, fueron trasladados a un campo ubicado en Península Valdés donde fueron colocados en un corral para iniciar la etapa de limpieza de los elementos recuperados de la ballena muerta. En este marco, Carribero explicó que el trabajo desarrollado consistió en “sumergir los huesos en distintas sustancias para ir destruyendo la capa orgánica que tenían”. Este proceso demandó unos dos años. Transcurrido ese lapso de tiempo la estructura ósea retornó al Ecocentro donde se comenzó a realizar la limpieza profunda, para lo que se utilizaron piletas plásticas donde los huesos fueron sumergidos en detergente y jabones para terminar de limpiarlos. Este proceso demandó varios meses de trabajo e inclusive existen algunos huesos del esqueleto que no están del todo limpios, dado que mantienen una pequeña capa orgánica.
Concluida la etapa de la limpieza, se procedió a trabajar en el montaje del esqueleto que se encuentra en el frente del Ecocentro. Como medidas de prevención y de durabilidad en el tiempo los investigadores resolvieron colocarle a la estructura ósea “tres capas de fijador y protector para los rayos solares, pero requiere un mantenimiento durante todos los años”, aseguró Carribero.

“Un gran placer”

Desde hace varios meses los directivos de la empresa Aluar tomaron la determinación de realizar una apertura de la empresa a la comunidad, apoyando emprendimiento y proyectos culturales, educativos y deportivos presentados por entidades y juntas vecinales de Puerto Madryn. En torno a la exhibición del esqueleto, el responsable del área de Relaciones Externas de la empresa de aluminio argentino, Federico Sambeth, expresó que “dentro de los objetivos comunitarios de Aluar hemos hecho una muy buena sociedad con el Ecocentro; ya que ellos ponen todo su ingenio y los contactos y la empresa pone el respaldo económico para que las cosas se concreten”.
Por otra parte, Sambeth resaltó que para Aluar fue “un gran placer poder apoyar esta acción del Ecocentro y va a seguir siendo así, especialmente el año que viene que la firma cumple 30 años de vida productiva en Puerto Madryn”.

http://www.diariodemadryn.com/vernoti.php?ID=14817

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