Esta madrugada le ganó por puntos al mexicano Alejandro Hernández y
retuvo el título de los moscas de la AMB. De esta manera, igualó el
récord de 14 defensas exitosas que tenía el recordado púgil
santafesino.

El resumen de la victoria de Narváez en Puerto Madryn.

Parecía inalcanzable, pero un día Omar Andrés Narváez lo logró. En la
madrugada del 21 de septiembre de 2008 igualó el impresionante record
de Carlos Monzón.

Retuvo por 14ª vez el título mosca en la
versión del la Organización Mundial de Boxeo, tras derrotar en 12
rounds por puntos en fallo unánime al mexicano Alejandro Hernández.
José Torres, de Puerto Rico, falló 117-111, Héctor Afú, de Panamá, 116-112 y Aldo Fernández, de Argentina 119-110.

La tarjeta de Clarín coincidió con la tarjeta del panameño.

La velada de Puerto Madryn había acaparado la expectativa de todo el boxeo argentino.
Es
innegable que la carrera de Monzón es única y lejos está cualquier
púgil argentino de igualarla. Reinó casi siete años en la emblemática
división de los medianos y se retiró como campeón invicto tras 14
defensas exitosas.

En 100 combates como profesional cosechó 87
triunfos (59 por nocaut), tres derrotas, nueve empates y una pelea
terminó sin decisión. Además, supo tomar revancha de sus tres
vencedores: Antonio Aguilar, Felipe Cambeiro y Alberto Massi, con quien
cayó por puntos en octubre de 1964, y desde entonces realizó 80 peleas
sin derrotas en casi 13 años. Sin embargo, lo hecho por Narváez también
resulta por demás impactante. Porque si bien impresiona más la
categoría de los 72,500 kilos, para el boxeo argentino la de los moscas
tiene una especial carga sentimental. Fue en esa división que Pascual
Pérez, en 1954, se convirtió en el primer argentino en llegar a la
consagración máxima. Y lo siguió Horacio Accavallo, en 1966. Y fue
triple campeón Santos Falucho Laciar. Y también reinó en ese peso
Carlos Salazar.

Fue una pelea difícil para Narváez. Sin la
brillantez que lució en otras ocasiones, obtuvo un triunfo claro, ante
un rival que nunca fue a buscar. No obstante, la velocidad de Hernández
se tornaba en una amenaza. Un boxeador largo, el mexicano, que manejaba
muy bien el contragolpe y de ese modo complicaba. Pero los golpes del
argentino eran más contundentes.

Narváez se mostró mejor parado
en todo momento. Dominó la pelea por su mayor consistencia. Pero
Hernández supo aguantarlo a fuerza del coraje que caracteriza al
pugilismo mexicano.

El noveno asalto fue el más complicado
para el argentino. Hernández, un duro peleador que supo aguantar los
golpes del chubutense, se impuso con claridad y pareció tambalear el
triunfo del argentino. Pero en los rounds siguientes Narváez se
recuperó y fue redondeando la hazaña con una estrategia bien trazada,
de achicar las distancias y golpear.

Narváez conquistó la corona
en el Luna Park el 13 de julio de 2002, ante Adonis Rivas de Nicaragua.
Con la de esta madrugada la expuso ocho veces en Argentina (tres en el
Luna Park, cuatro en Chubut y una en Córdoba) y seis en el exterior
(tres en Francia, dos en Italia y una en España). Narváez, después de
la pelea, dijo que le gustaría que su próxima defensa tenga el
escenario del Luna Park.