Hacia 1860 un grupo de nacionalistas galeses, deseoso de liberar
a su pueblo de la dominación inglesa, empieza a buscar un
lugar vacío, alejado de cualquier otra influencia, en donde
poder desarrollar libremente su cultura. Forman una Sociedad de
Emigración y, al imaginar que la Patagonia era un sitio favorable
para la emigración masiva de sus compatriotas, inician gestiones
con el gobierno argentino. A principios de 1863, esa Sociedad envía
a Lewis Jones y a Sir Love Jones Parry, Barón de Madryn,
a inspeccionar la zona, recorriendo rápidamente el Golfo
Nuevo y el valle del río Chubut. Como sus informes son favorables,
los trámites con el gobierno argentino y los preparativos
en Gales siguen su curso, aunque con algunas dificultades. Ya en
esta primera exploración, los envíados proponen que
" si la colonia se instala en el Valle del Chubut, el puerto
de la misma debería estar en el Golfo Nuevo" (1).
Cuando el proyecto está más avanzado, dos años
después, se envían nuevamente dos hombres, Lewis Jones
otra vez y Edwyn Roberts, para preparar el terreno y organizar la
llegada del primer grupo. En junio de 1865, previo paso por Patagones,
llegan al Golfo Nuevo cargados de enseres, víveres y animales
y acompañados por unos pocos peones maragatos. Mientras Jones
hace otros viajes a Patagones para traer más cosas, Roberts
se queda en el Golfo Nuevo estableciendo lo que sería el
primer poblado de los galeses en la Patagonia. Roberts y sus ayudantes
se instalan en Punta Cuevas, porque es un lugar protegido, fácilmente
defendible, con disponibilidad de roca para construir y materiales
suplementarios que proporcionan los restos de un barco encallado.
Cuando se instalan en la punta y comienzan a construir refugios
y corrales, ignoran que falta completamente el agua dulce en las
cercanías. Encuentran agua dulce al cabo de unos días,
luego de una fuerte lluvia que formó una laguna costera,
que luego se conocería como Laguna de Derbes, situada al
pie de la colina del Chalet Pujol. Esta aguada natural queda a 4
km al norte del incipiente campamento y sólo se traslada
allí a los animales. En Punta Cuevas siguien construyéndose
algunos precarios refugios y un galpón donde depositar los
víveres y los materiales para los colonos que estaban por
llegar. Mientras aguarda la llegada del Mimosa, Edwyn Roberts alcanza
a construir 16 casillas semi-excavadas en la blanda roca y el galpón
de paredes de piedra, que mide 5 m por 20m. También abre
los primeros km del sendero que llegaría a Rawson y -como
la laguna se ha secado- cava un pozo para buscar agua en cercanías
del campamento. A unos 7 m de profundidad encuentra "agua lo
bastante salada como para hacer sopa sin tener que ponerle sal"
(2).
Cuando el 28 de julio de 1865, llega el primer grupo de poco más
de 150 colonos, Punta Cuevas se llena de actividad, de vida y muerte.
Una de las primeras tareas que deben hacerse en tierra, es elegir
un sitio en donde sepultar a una criatura que había muerto
el día anterior. Durante las 7 u 8 semanas en que gran parte
de los colonos permanece en el campamento, 3 criaturas más
y una mujer, serán enterrados "en las lomas de arena
al sur de la bahía" (3). Felizmente, también
habrá un nacimiento y un casamiento (4).
Las crónicas y otros escritos de la época y las ruinas
actualmente visibles sobre el terreno, permiten hacernos una idea
de lo que fue ese primer poblado galés de la Patagonia, que
al poco tiempo ya sería llamado Puerto Madryn en memoria
del explorador de 1863.
Las casillas estaban excavadas en la piedra, pero tenían
la pared frontal de tablones puestos verticalmente. No estaban listas
del todo cuando llegó el Mimosa y hubo que terminarlas apresuradamente.
Desde Liverpool se había traído material de construcción,
madera de fresno. Desde Patagones, Jones y Roberts habían
traído más madera, casi seguramente álamo.
De las 16 casillas originales (5) , sólo se mantienen los
restos de siete, pero hay documentos y testimonios de un número
mayor y todavía puede notarse fácilmente el sector
de la costa que ocupaban. Los huecos dejados por las casillas, las
"cuevas" , tienen un tamaño medio de 3m por 3m.
Como "sólo eran para dormir y protegerse" (6) no
es sorprendente que cupieran 8 personas en cada una (7). El análisis
de algunos fragmentos de madera empotrados en la roca, demostró
que se trata de álamo y fresno (8). La disposición
de estos fragmentos sugiere una estructura de sostén de techado.
Del galpón no quedan restos. Puede suponerse que estaría
a no más de 100 m hacia el sur, ya que los bloques de piedra
con que lo construyeron Roberts y sus ayudantes, eran arrastrados
sobre un cuero de buey. Estos bloques quizás hayan sido los
"ladrillos muy diferentes a los habituales" que, en más
de 200, fueron descubiertos en 1931 (9). La existencia del depósito
en ese sector es sugerida también por otro hallazgo más
reciente: decenas de botellas de cerámica fabricadas en Bristol
entre 1860-1880 (10).
Quizás el descubrimiento más interesante efectuado
hasta ahora en la zona de Punta Cuevas haya sido una antigua tumba,
a unos 150 metros de las "cuevas". Los estudios del caso
están siendo desarrollados por el Centro Nacional Patagónico,
de Puerto Madryn. Si bien hasta ahora no hay evidencias concluyentes
de la identidad de los restos, todos los indicios llevan a creer
que se trata de la mujer sepultada en 1865 (11).
"Al cabo de 4 años sucedió que los vientos amontonaron
arena en el bajo donde estaban las tumbas, de manera que se perdió
el rastro del pequeño cementerio y nadie pudo volver a dar
su localización" (12).
Aunque los colonos terminaron por instalarse en el valle del Chubut,
la actividad en Punta Cuevas siguió con relativa continuidad.
El movimiento portuario explica que el camino entre la colonia y
el Golfo Nuevo llegara hasta Punta Cuevas, donde un par de casillas
se mantuvo en uso hasta 1886. En ese año, tras la llegada
del Vesta y el inicio de la construcción del ferrocarril,
la actividad se trasladó a la Laguna de Derbes, donde surgiría
el segundo -y definitivo- emplazamiento de Puerto Madryn.
Así, tras su abandono, el primitivo emplazamiento de Puerto
Madryn cayó rápidamente en el olvido. Quizás
el viento, al cubrir con arena los restos de las casillas, contribuyó
mucho a desdibujar el recuerdo del campamento de Punta Cuevas. Tanto
fue así que, hacia principios de este siglo, surgió
la descabellada creencia de que los colonos de 1865 se habían
refugiado en las cavernas naturales situadas muy cerca y que el
mar inunda dos veces por día. Al respecto, uno de los últimos
actores del desembarco escribió en 1926: "Todos los
que dicen que en las cuevas que dan al este se refugiaron los primeros
colonos, piénsenlo dos veces antes de seguir diciéndolo,
ya que es un lugar apropiado sólo para los peces...por cierto
no es un sitio conveniente para un ser humano" (13).
A pesar de pertinaces confusiones como la apuntada, o de teorías
infundadas que ponían en duda el sitio del desembarco en
Punta Cuevas (14), los recientes descubrimientos en el área
y la revisión sistemática de las crónicas de
época y su correspondencia con las ruinas existentes, permite
arrojar nueva luz sobre el emplazamiento primitivo de Puerto Madryn.
Estos progresos en el conocimiento han llevado a las autoridades
a la protección formal del sitio (Ordenanza Municipal 1556/96
y Decreto Provincial 847/96). Por cierto es un paso importante,
pero de ningún modo suficiente, ya que por su fácil
acceso y su belleza paisajística, las ruinas de Punta Cuevas
son sumamente frágiles y su protección reviste cuidado.
Son deseables nuevas y más concretas medidas tendientes a
preservar esta primera huella del poblamiento moderno del Chubut.
Cuando Edwyn Roberts levantó las humildes cabañas
de Punta Cuevas, sólo el solitario comandante Piedra Buena,
se empeñaba en hacer flamear la bandera argentina más
al sur. Cuando los huecos en la roca, que siguen estando, se poblaron
por primera vez de voces, de risas y de llantos, todos los otros
intentos de colonización de la Patagonia argentina habían
fracasado.
Referencias:
Sir Love Jones Parry: Informe inserto en: Atodiad
i´r Llawlyfr y Wladfa Gymreig (Suplemento del Manual de la
Colonia Galesa), Lee & Nightingale Ed., Liverpool 1863. 24 pp.
Biblioteca de la Universidad de Gales, Bangor. Salón de Libros
Raros.
Edwyn Roberts: Mordaith Edwyn K. Roberts o Gymru i
Batagonia (Navegación de Edwyn Roberts de Gales a la Patagonia)
Recopilación de sus anotaciones. Traducción parcial
en: Matthew H. Jones "Trelew, un desafío patagónico"
Tomo I, Ed. Golfo Nuevo. Puerto Madryn 1981. Traducción parcial
en: "Biografía de Edwyn Roberts", por Ellis Roberts,
Eistedvod del Chubut. Trelew 1986.
Lewis Humphreys: Mordaith y fintai cyntaf (Navegación
del primer contingente). Diario del Rev. Lewis Humphreys con algunas
anotaciones de Richard Berwyn. Y Drafod n° 590, 15-IV-1910.
Richard J. Berwyn: Registro de nacimientos, defunciones
y casamientos de los primeros años de la Colonia. (Manuscrito).
Museo Regional de Gaiman.
Joseph Jones: Diario de viaje a bordo del Mimosa. (Manuscrito).
Museo Regional de Gaiman.
Abraham Matthews: Crónica de la Colonia Galesa.
4ª.ed. El Regional. Rawson, 1985. 160 pp.
Richard J. Berwyn: Baner ac Amserau Cymru. 7-IX-1867.
Pedro Guerra: (Comunicación personal, 1996).
Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino-Patagónico.
Esquel.
Semanario Golfo Nuevo: n°878. Puerto Madryn, 19-XII-1931.
Jim McAdam: (Comunicación Personal, 1996). The Queen´s
University of Belfast. Reino Unido.
Diarios Chubut y Jornada: Trelew, 26-IX-1995.
Cathrin Williams y May Hughes: Er Serchog Gof (En
cariñoso recuerdo) Gee, Ed. Dinbych, Gales. 1997. 104 pp.
Thomas Jones Glan Camwy: Hanes cychwyniad y wladfa
ym Mhatagonia (Historia de los Comienzos de la colonia en la Patagonia).
Y Drafod n°1378, 17-IX-1926.
"Conclusiones de Juan Meisen Ebene sobre el desembarco
del Mimosa y la fundación de Puerto Madryn". Centro
de Estudios Históricos y Sociales. Transparencia n°16.
Puerto Madryn, julio 1992.
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