Los dos documentos de la década de 1880 que explícitamente
ubican el primitivo campamento en Punta Cuevas, tienen varios puntos
en común. Ambos son narraciones de viajes exploratorios a
la península Valdés, en los que la zona de Puerto
Madryn fue lugar de pernocte. Ambos fueron escritos por colonos
de notoriedad y aunque llegados poco tiempo antes a la Patagonia,
puede suponerse que escribían con fundamento.
La primera narración data de 1885 y fue escrita por Thomas
B. Phillips, quien cuenta lo siguiente (TP) : Este ángulo
de la bahía había sido llamado Puerto Madryn por los
colonos ... decidimos acampar allí y mientras algunos llevaban
los caballos a pastar más arriba, otros ponían el
equipaje en algunas cavernas, que en parte habían sido excavadas
por los primeros colonos cuando desembarcaron, para usarlas de habitación.
Muchas de estas cuevas testimonian del ingenio de los constructores
por la forma de las molduras ornamentales que habían sido
excavadas en la arcilla...Algunos dieron una vuelta por una notable
caverna, a la que pudieron entrar porque la marea estaba baja. Encontraron
el piso cubierto de valvas y las paredes de inscripciones; eran
en su mayoría los nombres de los oficiales de la cañonera
británica Cracker, que algunos años antes había
sido enviada a visitar la colonia.
El segundo documento es el relato del viaje realizado por Llwyd
Ap Iwan en mayo de 1886. Esta descripción se publicó
en Gales, en el semanario "Y Celt" del 15 de marzo de
1889 (AI).
Haciendo una etapa del viaje, Ap Iwan y sus compañeros durmieron
en los galpones de Puerto Roca. Puerto Roca es el nombre de ese
fondeadero del Golfo Nuevo; después de pasar una punta que
se mete en el golfo, frente al pozo de agua salada, henos aquí
en Puerto Madryn, otro fondeadero mejor y más protegido.
A lo largo de la cara oeste de la punta mencionada, del lado de
Puerto Madryn, hay vestigios de las casas de los viejos colonos,
donde habitaron cuando esperaban ser sacados, veinte años
atrás. Las casas fueron cortadas en la roca arcillosa y blanca
(tosca); era una hilera de hoyos excavados en ella y en ese lugar
empieza el camino de carros a Rawson. En el extremo en la arena
hay restos de un viejo barco. Pienso que están de antes que
llegara el primer contingente; y más arriba en lo alto de
la playa, hay viejas ollas grandes; parece que había barcos
loberos que derretían el aceite en tierra ...
Después de caminar unas 4 millas, llegamos al Valle Grande
como llamaban los viejos colonos a un cañadón, o cuenca,
que corre algunas millas al oeste de Puerto Madryn. Fuimos al lugar
de la desembocadura en el mar, pero el viejo lecho está ahora
seco...En este lugar se ha levantado el pueblo de Madryn desde que
aquí empieza el ferrocarril al valle del río Chubut.
Pocas dudas quedan después de la lectura de estos documentos.
Sin embargo, llama la atención que Ap Iwan mencione que se
trata del lugar en que los colonos estuvieron en 1867 y que no hable
de la llegada de 1865. Quizás dé por descontado que
se trata del mismo lugar. Como se vio, lo mismo sucede con el testimonio
de John D. Evans (JE), que menciona las excavaciones en 1867 pero
no en 1865, debido a su corta edad. En el año 1867, Lewis
Jones se refiere a las cuevas y playa de Puerto Madryn (LJ), con
la naturalidad del que habla de algo ya conocido y no de algo construído
en esa ocasión.
Si bien Ap Iwan es impreciso en la ubicación cronológica
de las excavaciones, su relato menciona tres elementos cercanos
a ellas que también aparecen mencionados en 1865 como próximos
al campamento: el pozo de agua salada, las ollas de los loberos
y los restos del barco encallado. La primera referencia alude a
la perforación que hizo Edwyn Roberts en junio de 1865 (ER1)
y (ER2), también mencionada por Glan Camwy (TJ) y por John
D. Evans (JE) en ese mismo año. Por el relato de este último,
puede suponerse que el pozo estaba situado cerca del campamento
hacia el sur, sobre el camino a TreRawson. La existencia de ollas
de loberos en 1865, como se vio, ya había sido mencionada
por Richard Berwyn (LH), mientras que los restos del buque son mencionados
por Lewis Jones (LJ) y Glan Camwy (TJ). La probabilidad de que esta
triple coincidencia se repita en otro lugar de Bahía Nueva
es bajísima (sobre todo por el pozo) y prácticamente
permite afirmar que el lugar del campamento de 1865 y el lugar descripto
por Ap Iwan, son uno mismo.
Por su parte, Thomas Phillips (TP) no duda en vincular a las cuevas
con el desembarco de 1865. Su mención de una notable caverna
(evidentemente natural, ya que la invadía la marea) en proximidad
de las excavaciones, también coincide con la geografía
de Punta Cuevas.
El único testigo presencial del desembarco del Mimosa que
publicó alguna referencia al lugar del mismo fue Richard
J. Berwyn. Se trata de las acotaciones que hizo al diario del Revdo.
Lewis Humphreys, cuando éste fue publicado por "Y Drafod"
en ocasión de la muerte de Humphreys, en abril de 1910 (LH).
Entonces Berwyn era director del semanario y consideró util
(y de veras lo fue!) agregar algunos detalles que habían
sido omitidos. Gracias a su intervención sabemos por ejemplo,
que el día de la llegada del Mimosa, la bandera...con el
dragón rojo en el centro flameaba en la loma que domina las
cuevas y en el ángulo oriental de la pequeña ensenada,
entre la playa y los médanos, había un almacén...
y una hilera de casillas de madera a medio levantar, que fueron
terminadas en los días siguientes.
El mismo Berwyn en otra publicación (RB) proporciona el valioso
detalle de que las casillas eran quince y de que cabían ocho
personas en cada una.
A pesar de su brevedad, el testimonio de Berwyn es especialmente
fidedigno y escapa a la sombra de duda que podría llegar
a velar los demás testimonios. Además de ser testigo
presencial, Berwyn fue puntilloso en todas sus anotaciones. Fue
secretario del comité de gobierno durante nueve años
y llevó el registro demográfico los diez primeros
años. En 1867 fue nombrado encargado del registro del movimiento
de buques, tanto en Rawson como en Puerto Madryn. En 1871 fue designado
administrador del Correo y en 1875 delegado de Migraciones. En 1880
la Oficina Meteorológica Nacional le confió las primeras
observaciones sistemáticas en la Patagonia. Como se ve, además
de ser en cierta forma el notario oficial de la Colonia, sus responsabilidades
en el movimiento portuario y en el Correo, hicieron que tuviera
que viajar con frecuencia a Puerto Madryn en aquellos años.
(GH).
Así, el testigo presencial del desembarco de 1865 quizás
mejor situado para dejar constancia del mismo, ubicó el primitivo
campamento en el rincón este de la Curva del Indio, (i.e.
cara oeste de Punta Cuevas).
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