"Ana
María Kuba, artista plástica local de amplia trayectoria,
nació en Rosario y desde 1976 reside en Puerto Madryn.
Junto con su obra personal, a desarrollado una vasta y fructífera
labor docente."
Ana María Kuba llegó a Puerto Madryn en 1976.
"En Rosario, había colaborado en algunas exposiciones
colectivas, pero sentía la necesidad de un cambio de
horizonte; entonces surgió una oportunidad de trabajo
en Aluar."
"Ese mismo año, ya en la ciudad, participé
en un concurso municipal de afiches para la temporada de verano,
en el que fui premiada, donde conocí a Jorge Saint
Jean y Beatriz Cabezas; luego formaríamos el grupo
Arpaco. Le propusimos a la entonces Secretaria de Cultura,
Sra. Williams, dictar cursos de iniciación artística,
pero como no había partidas, trabajamos un año
ad honorem".
Desde ese momento hasta hoy, Ana María nunca interrumpió
la docencia. "Me gusta poder transmitir el placer de
la pintura, tanto como pintar. Y ver que alumnos míos
siguieron trabajando, como las artistas que hoy integran el
Puro Grupo, es todo un orgullo".
Entre los años 92 y 95, coordinó los Talleres
Roberto Spencer, impulsando desde allí la realización
de dos Salones Municipales de pintura. Entre julio y agosto
de 1997, realizó con notable éxito su muestra
en el Museo de Arte Moderno de nuestra ciudad, siendo aquella
su sexta exposición individual.
El arte propone, la mirada interpreta.
Si bien la distinción entre abstracto y figurativo
resulta estrecha para el arte plástico actual, Ana
María,
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admiradora de Macció y Noé (Nueva Figuración),
reconoce en la abstracción su línea creativa
fundamental. "No quiero imponer ni especificar nada,
prefiero que el espectador interprete a su gusto. Esto implica
jugar con el color y la línea, pero sin concretar,
en principio, figuras reconocibles. A partir de una paleta
determinada, y de reglas básicas de color, trabajo
directamente sobre la tela con total libertad".
Esta libertad convive, necesariamente, con una metodología,
una técnica, que cierra el complejo círculo
de la práctica del arte. "Tengo etapas de trabajo
diario y disciplinado, pero no auto impuesto, sino como una
necesidad. Luego hay pausas, que generan cambio y renovación".
"Después de tantos años de vivir en la
Patagonia, noto que empieza a aparecer el paisaje en mis obras,
eses grandes extensiones, la meseta, la aridez".
La estructuras generan acostumbramiento.
Desde la vuelta a la democracia, en 1983, Puerto Madryn conoció,
política e institucionalmente, solo dos puntos de vista.
"La gente que trabaja en cultura está tremendamente
desgastada, se necesita una renovación. No soy partidaria
de ninguna reelección, las estructuras se van anquilosando,
generan acostumbramiento. Hay que empezar de nuevo, producir
cambios".
Actualmente, es poca la actividad plástica madrynense,
hay una gran falta de estímulo. "No hay mucha
gente nueva, los artistas jóvenes se van de la ciudad
en busca de mejores oportunidades, porque si se quedan, realmente
no tienen perspectivas. Seguimos estando los de siempre, y
eso es muy triste. Hay una gran carencia, que es la falta
de una política cultural a largo plazo".
"Por otra parte, haya algo que se mantiene a pesar de
las dificultades: el interés de la gente, que cuando
se la convoca, responde siempre".
-Mayo, 1999-
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