Sociedad y naturaleza: breve análisis de un fracaso
Algunas raices de la disociación entre el ser humano y su cobijo natural (La Tierra), se pueden buscar en la fractura que produjo el cambio de hábitos y mentalidad ocurrida hace aproximadamente diez mil años atrás, cuando "el hombre" dejó de vivir al día como un nómade, recolector y cazador más entre los primates "descubrió" las supuestas bondades de la acumulación a través de la incipiente agricultura, del sedentarismo y de la ganadería.
Por Lucas Chiappe / Proyecto Lemu
Algo así como el punto de inflexión adonde uno de los millones de habitantes
de este planeta, comenzó a desarrollar una cultura basada en una falsa
pirámide en cuya cúspide situó al autoproclamado rey supremo de la creación:
El hombre!
Situación que alteró de una u otra manera el equilibrio que había mantenido
el ser humano con el resto de la biodiversidad durante centenares de miles
de años, a través del simple hecho de formar parte de una cadena cuyo fiel
era mantenido por los bioritmos de las estaciones y del clima, los altibajos
en la busqueda alimentaria y por los predadores de una y otra especie...
Las consecuencias directas de esta alteración provocó: una explosión demográfica inaudita (sólo comparable con la reproducción de
ciertos virus patógenos).
Una desmesurada codicia por la conquista del territorio, que trajo aparejada
un sometimiento de los pueblos más pacíficos, y una guerra declarada contra el resto de la diversidad biológica.
Fenómenos que se fueron desarrollando con una velocidad vertiginosa y que
produjeron un quiebre nunca vistos antes, entre el ser humano y la
naturaleza... Como si de golpe uno NO formara más parte del otro y
extrañamente se hubiera vuelto su enemigo, y fuera el único dueño de los
bienes naturales del planeta... Asumiendo como "misión divina", la
utilización de los mismos para su único provecho, y olvidándose en poco
tiempo de la cadena de interrelaciones que ha permitido que la vida se
desarrolle en este planeta.
Hay varias maneras de calificar esta insólita pérdida de memoria colectiva,
pero lo más lamentable es constatar cómo este reciente cambio de visión (que
son 10.000 años en la vida de la Tierra?), ha producido en este lapso de
tiempo un desbarajuste tan grande que en muchos casos se ha vuelto
irreversible y que paradójicamente nos coloca al borde de la desaparición
como especie.
Creo que vale la pena que compartamos en este espacio algunas de la
reflexiones que me brotan al analizar el estado actual de este proceso y las
conclusiones a las que fui llegando para tratar de entender adonde "pisamos
el palito", qué es lo que nos ocurre y que deberíamos de modificar en
nuestra conducta, para volver a tener una relación equillibrada entre esta
Sociedad Humana y la Naturaleza:
Yo pienso:
1) Que la anestesia generalizada, causada por esta nefasta globalización
económica, ha hecho pie en todo el planeta y está provocando el mismo efecto
en todas partes: la pérdida de identidad masiva. Y, si por estos lados
sureños esto nos empuja a bajar los brazos ante la supuesta imposibilidad de
cambiar las cosas, allá por el norte, la apatía provocada por la abundancia
y el hiper-consumismo se parece demasiado a la película Titanic, adonde los
músicos siguen tocando aun cuando el barco se está hundiendo
indefectiblemente.
2) Que la falta de contacto real con la Naturaleza, en una sociedad cada
vez más urbanizada, es uno de los factores primordiales para que los
gobernantes y sus socios, los empresarios de visión corta y "de mano larga",
puedan seguir dictando leyes y administrando recursos como si fueran los
dueños de una torta que en realidad no le pertenece a nadie y debiera ser el
legado para las futuras generaciones que nos sucedan.
3) Que la falta de urgencia sigue siendo parte del problema, ya que el
tiempo sigue jugandonos en contra: Sólo por dar un ejemplo fijense que las
predicciones del cambio climatológico de los años '90 fueron ampliamente
superadas por la realidad que vivimos y que indica un índice de
calentamiento global de la atmósfera muy superior a las predicciones de
aquellos años recientes.
4) Que el hecho de otorgarle todo el poder de decisión en los temas
ambientales a los expertos nos hace olvidarnos que muchos de los problemas
que hoy sufrimos son causa del mal manejo y la mala interpretación de esos
mismos problemas por parte de los expertos (gente muchas veces alejadas
del terreno por la utilización de computadoras y sus simuladores, y por sus
razonamientos teóricos, que los sumieron en la arrogancia y le hicieron
perder el sentido común que cualquier ser humano lleva adentro por un
legado genético ancestral).
5) Que el materialismo reinante nos obnubila constantemente "el sentido de
lo sagrado, que poco tiene que ver con las religiones, sino más bien con un
sentimiento profundo de respeto hacia la entera biodiversidad de la cual
formamos parte, como un eslabón más de la cadena ecológica que nutre y
mantiene a la vida en el planeta.
6) Que no sirve ver todos los documentales del Discovery o leer todos los
manuales de ecología para escuchar los sonidos del bosque y "sentir la
energía que nos envuelve al caminar en silencio entre los árboles de un
bosque... y si no los escuchamos ni sentimos... mucho menos vamos a hacer
algo para protegerlos.
7) Que la homogeneidad, la producción, la manipulación y a veces, incluso el
esparcimiento a costa de otros valores escenciales, a menudo superan la
"capacidad de carga de cualquier espacio natural.
Con el consiguiente deterioro de ese territorio y con todas las consecuencia
que acarrea nuestra falta de atención o falta de comprensión del delicado
equilibrio con el que funciona cada habitat.
8) Que vivimos subyugados por información falsa, incorrecta e inadecuada, y
muchas veces, a pesar de las evidencias a las que nos enfrentamos, seguimos
negándonos a enfrentar el problema o seguimos pensando que la ciencia o "los
platos voladores" nos van a venir a salvar como si este verdadero desastre
ambiental que estamos viviendo fuera algo que "nos ocurre", sin darnos
cuenta que con nuestras actitudes, "somos nosotros mismos quienes estamos
provocando ese problema.
9) Que a pesar de vivir al borde del abismo y de estar provocando una
extinción masiva en el planeta, las voces de alerta que se escuchan en los
medios alrededor de todo el mundo son debiles, ineficientes, tristes y
resignadas. Y, lamentablemente, a excepción de un puñado de Ong¹s
desparramadas por los cinco continentes (las que somos constantemente
etiquetadas como "eco-fundamentalistas), y algún grupo de valientes
ciudadanos autoconvocados, como en el caso reciente de Esquel, el planeta se
está reduciendo a una colección de naciones silenciosas, cobardes y
dominadas, que no quieren siquiera buscar soluciones alternativas por miedo
a que esto les provoque supuestas pérdidas económicas o eventuales reproches
del imperio, en una carrera que de seguir así nos lleva derechito hacia el
suicidio colectivo.
10) Por último mi conclusión más esperanzadora, es la dicha que siento luego
de viajar por los gastadísimos paises del hemisferio norte, al volver a
estos pagos sureños. Y esto me recuerda, una vez más, la suerte y el
privilegio que tenemos al vivir en estos rincones de belleza única, adonde
los bosques siguen siendo bosques, y las amenazas que sufren todavía las
podemos discutir abiertamente...
Muy a pesar de los incendios intencionales, del sobrepastoreo de la
ganadería, de la deforestación sin control, de la amenaza de la minería
industrial, de la pésima administración pública y de la falta de políticas
ambientales acordes a los tiempos de que vivimos...
En definitiva Grande Patagonia... pero por favor no nos olvidemos ni por un
instante que estas tierras generosas son los últimos reductos que van
quedando en el planeta para vivir una vida plena y demostrarle al mundo que
de aquí pueden salir los ejemplos que en otras partes ya no pueden ni
imaginarse que sean posibles.
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Texto de la charla brindada por Lucas Chiappe en el Primer Foro Regional del NO, Esquel (Chubut)