Silvia Solís en su taller 

12 de julio, 1999.


El paisaje siempre es parte de uno

Silvia Solís nació en Puerto Madryn; graduada en la Escuela Superior de Artes Visuales de Bahía Blanca, se especializó en una disciplina milenaria: la cerámica. Actualmente, dicta cursos en los Talleres Municipales Roberto Spencer.

En la escuela, siempre hay algún compañero particularmente hábil para el dibujo: caricaturas de profesores, escenas subidas de tono, muestras de una temprana aunque muchas veces definitiva vocación.

"Siempre me tiró la plástica, aunque en el Madryn de mi infancia no había muchas posibilidades de aprender. De grande, me fui a Bahía Blaca para estudiar biología y terminé en la Escuela Superior de Artes Visuales; es que me gustaba más dibujar las muestras del microscopio que estudiarlas".

"Luego volví, en el año 86, interesada más que nada en la parte de escultura. Comencé a asistir al taller de Beatriz Cabezas, donde descubrí la cerámica, y me fue copando, porque tiene un componente infinito: a pesar de ser tan antigua siempre podés inventar cosas nuevas". Se inició en la docencia en el Taller de Beatriz, como adjunta, y luego en los Talleres Municipales.

"Ya van a ser 12 años de docencia; me gusta mucho dar clases porque para mi es también un hecho creativo, siempre estoy buscando cómo estimular a la gente... de un año a otro nunca es lo mismo".

Exponer fue una experiencia fuerte

Silvia participó en diversas muestras colectivas, y finalmente, en octubre del año pasado, realizó su primera exposición individual en el Museo de Arte Moderno de nuestra ciudad.

"Exponer en el MAM fue una experiencia muy fuerte a nivel personal, más allá de lo artístico o lo profesional. El hecho de plantar una exposición propia implica plantearse muchas cosas; prepararla me llevó desde enero a septiembre, y varias ideas que estaban dando vueltas en papel tomaron forma final en esos meses".

Siendo una de sus temáticas la fauna marina y el paisaje biológico regional (lector, repase el segundo párrafo de esta nota), la naturaleza es un elemnto importante en sus trabajos, aunque aclara que "no tengo un compromiso ecológico, ni soy una militante de la ecología. Me gusta la naturaleza porque forma parte de mi vida, el tema de la fauna y el paisaje siempre es parte de uno. No se si por una cuestión de reveldía, o de saturación de la imagen de la ballena que ves por todos lados, derivé para el lado de los peces".

Imágenes de acá

Con más de mil asistentes, la de Silvia (número 32 del Museo) fue una exposición que generó gran interés.

"Pasaron cosas muy interesantes con la gente, lo que escribían en el cuaderno de visitas: muchos me agradecían el hecho de ver imágenes de acá".

"Ahora la idea es llevar esta muestra a Trelew y empezar a moverla un poco, pero montar una exposición de esculturas no es nada fácil. También a nivel afectivo me pegó bastante, y recién ahora empecé a modelar de nuevo. Actualmente, estoy retomando cuestiones del montaje de la muesta, que me gustaría reformular".