Poeta, periodista y narrador, nació en Salto, provincia de Buenos Aires. Desde 1979 reside en Puerto Madryn.
Miguel Oyarzábal es un poeta notable, y su vida de escritor es casi tan admirable como su literatura. "Mi contacto con la palabra escrita fue fugaz, cuando contaba alrededor de veinte años, porque nací prácticamente ciego. De chico escuché mucha radio, una pasión que dura todavía hoy; mis estudios los cursé como alumno no vidente, lo que leo es lo que me leen los amigos o los libros parlantes. Para escribir, siempre a mano, por elección, me arreglo bastante bien".
No es casual su fascinación por la narración oral, en la que se perfeccionó becado por el Fondo Nacional de las Artes, que lo motivó a desarrollar el proyecto Reconocernos, con el apoyo de la Dirección Municipal de Cultura. "La idea es recopilar las historias de la gente de acá y volcarlas en cassettes para distribuirlos en las escuelas. También damos charlas para que los chicos aprendan a contar historias y a narrar. La cuestión es lograr que quien escucha un relato, sea chico o grande, lo viva realmente... lograr encender esa magia".
Fortalecer los grupos de cada ciudad.
Ha publicado dos libros de poemas: "Y esa tinta no se borra", que recibió el primer premio en la categoría libro de poemas del Encuantro Patagónico de Escritores, y Noctambulario", ambos agotados; prepara un nuevo volumen que titulará "La lámpara" o "El planeta desvelado". "Editar se vuelve muy difícil, y está también el problema de la distribución, que quizá sea aun mayor. Vengo de participar en un encuentro de escritores en Neuquén, donde se impulsó la creación de un centro de distribución patagónico, pero las distancias son enormes, hay poca gente comprometida, es casi imposible mantener una frecuencia en las reuniones".
El XXII Encuentro Patagónico de Escritores, a realizarse en junio, deberá plantearse, concretamente, la forma de incentivar la producción literaria de la región; se espera con interés la participación de Héctor Tizón y Liliana Heker, escritores de amplia trayectoria. "Para lograr armar un proyecto serio, autosustentable, lo primero es fortalecer los grupos literarios de cada ciudad. El escritor es solitario por naturaleza, pero de todos modos, la gente comprometida debe unirse, y allí es donde tienen que aparecer los jóvenes. Puerto Madryn cuenta con varios y muy buenos escritores".
La nota ha terminado, pero Oyarzábal no puede con su genio:
Dos tipos caminan por el sótano de un viejo castillo, todo es lúgubre, sombrío. Uno se detiene y le pregunta al otro: - Crees en fantasmas?; - Yo no, y vos?; - Yo si... replicó. Y desapareció.