Liliana Heker con luis Claps, La Plata.

9 de junio, 1999.

XXII Encuentro Patagónico de Escritores

Participar es saludable.

Invitadas por los organizadores del XXII Encuentro Patagónico de Escritores, Liliana Heker visitó nuestra ciudad. Además de participar en el encuentro, integró el jurado de sus concursos nacionales de cuento y novela. En esta nota, la escritora reflexiona acerca de la importancia de este tipo de eventos, tanto para escritores como para nuestra cultura en general.

Liliana Heker vive en el barrio porteño de San Telmo, un lugar que conserva, como pocos, las huellas de su propia historia a flor de piel. Escritora de amplia trayectoria, representa un buen ejemplo de compromiso casi excluyente con la literatura. Su último libro, Las hermanas de Shakespeare (Alfaguara), agrupa textos de naturaleza diversa y heterogénea, dado que, como ella misma explica, "la literatura brinda la posibilidad de emplear la palabra en todo su registro, tanto como elemento de creación pura (en una obra de ficción) cuanto como vehículo para transmitir de manera explícita las ideas."

Luego de un fugaz paso turístico por nuestra ciudad, hace algunos años, no oculta su ansiedad ante la posibilidad de "volver a un lugar que me fascinó".

"Me importa muchísimo viajar al interior del país en la medida de mis posibilidades y de que tengan interés en que vaya, porque eso, de alguna manera, resarce una falencia muy grande que tenemos, que es el aislamiento y la impresión de que toda la literatura ocurre en la Capital, cuando no es cierto, porque buena parte de nuestros grandes escritores surgieron del interior del país."

"El problema", dice Heker, "es que hay un tipo de organización feroz, totalmente lamentable, según el cual la única posibilidad de que un escritor se conozca, es a partir de la editoriales de Buenos Aires y de los grandes medios de comunicación, que es realmente donde está el poder, pero no necesariamente donde está el talento."

Canalizar la producción que no tiene acceso al centro.

Liliana fue responsable de dos revistas literarias: "El escarabajo de oro" y "El ornitorrinco". Asimismo, se desempeñó como jurado en varios concursos y certámenes, como el "Haroldo Conti", organizado por la Provincia de Buenos Aires, en su edición 1998 (en el que, dicho sea de paso, un joven de esta ciudad resultó finalista).

La conversación toca distintos temas, pero gira en torno a uno: la Capital como centro de poder y la periferia, eso que está afuera, alejado.

"Esta tendencia, profundizada por el gobierno actual, impone la necesidad de generar formas alternativas de expresión."

"En literatura, las revistas y pequeñas editoriales independientes son quienes, de algún modo, canalizan la producción que no tiene acceso al centro y generan un crecimiento marginal, pero muchas veces valioso."

La importancia de estos encuentros de escritores en el interior del país, concluye Heker, radica en que "es saludable demostrar a los centros de poder que otras plazas, alejadas geográfica e institucionalmente, generan actividad de sumo interés para escritores y para la cultura en general, como este encuentro y sus concursos nacionales."