5 de mayo, 1999.
Edith Albaini desarrolla una amplia actividad artística, tan diversa como fructífera. "Empecé a escribir después de los veinte años, aunque lo hacía en rima y eso me condicionaba; también estudié piano. Con el tiempo fueron surgiendo poemas para chicos, una suerte de poesía disparatada, de juego con múltiples imágenes. Un día apareció una melodía, había encontrado la forma final de esos trabajos."
En el año 94 editó un cassette de canciones para chicos, El Gato Colifato, que presentó en diversos encuentros dentro y fuera del país. "La presentación oficial del cassette fue durante el año 95, en el marco de la fiesta anual de los jardines de infantes de la ciudad, lo que significó una gran satisfacción. Hace unos días me llegó una invitación para participar de un Congreso Internacional de Literatura Infantil, en Cuba; tengo la suerte de haber difundido mi trabajo y de seguir haciéndolo, todo a pulmón."
Tiene prevista, asimismo, la edición de un libro con partituras e ilustraciones para acompañar el cassette.
Expresión de las vivencias
La poesía para adultos es un desafío diferente, involucra otros sonidos, otro lenguaje, otros gestos. "Una vez que me liberé de la rima, alcancé otro nivel de expresión, de intensidad. Ahora me preocupa la síntesis, la condensación".
Edith participa activamente en el Grupo Literario Encuentro, de la ciudad de Trelew, y colaboró en la edición de la antología "Desde el Chubut", que involucra a 33 autores de la provincia. "Este es otro de los tantos volúmenes que editó el grupo, y fue presentado el la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires la semana pasada".
El Grupo Encuentro está vinculado a una editorial de Capital Federal, y son los mismos autores quienes costean las ediciones y la distribución, de manera cooperativa. "Es un grupo de gente muy compañera y unida, que comparte una pasión común; esto en Madryn no se da, aquí el ambiente literario es un poquito frío."
La obra inédita que acompaña esta nota, fue escrita en un momento definitivo en la vida de su autora, donde las vivencias y el presente, misteriosamente unidos, desencadenan la emoción poética. "Este poema lo escribí el día que demolieron la casa de mi infancia, una propiedad que mi padre había comprado en el año 1916 (esquina Mitre y Roque Sáenz Peña). En cada golpe, cada estruendo, sentía que me estaban martillando el alma".
inédito.