1 2 P o e t a s C h u b u t e n s e s Por Sergio Pravaz especial para Nuestros Artistas
|
Nuestros Artistas Index Cultural del Chubut Comentar al autor |
E N R I Q U E A L E J A N D R O D A M E S
(Poeta
y titiritero 1935 - 1994)
Nació en
Capital Federal; fue maestro de grado y rural, titiritero, profesor de biología
marina y oceanógrafo, periodista, escritor y poeta. Fue miembro fundador del
gremio docente del Chubut (hoy ATECH) y también de CETERA. Vocal elegido por
los maestros ante el Consejo Provincial de Educación. Fue pionero del buceo en
Puerto Madryn. Fue perseguido por la última dictadura militar lo que le valió
convertirse en un trashumante (como tantos miles) que aún así no abandonó su
amor y su fuerte necesidad por las letras. Aunque no tiene obra publicada, sus
trabajos aparecieron de manera dispersa en diarios como La Nación, La Prensa,
El Mundo, Jornada, El Chubut y también en la prensa gráfica de Chile. Participó
de una expedición con el célebre investigador francés Jacques Costeau en su
barco Calypso. Sus trabajos, en un lenguaje sencillo y sin rodeos, ponen de
manifiesto el compromiso de Dames con la realidad que le tocó vivir y la visión
del mundo al que aspiró pertenecer. El epígrafe
de "Escaleras" pertenece al autor; el de "Requiem para mi
muerte" a su esposa, Stella Maris Batistotti.
ESCALERAS
(Dedicado a todos aquellos que
nos acompañaron
con su indiferencia durante la dictadura militar).
Escaleras, escaleras que se suben en la vida
porque bajan desde el cielo de la historia
que guardaron esas cosas ya perdidas
en la cuenca sepulcral de la memoria.
Te comentaron, te dijeron, te mintieron
el sistema por sistema es necesario
que no sepas nada más, y te obligaron
a creerlo, aprenderlo, a enseñarlo.
No te opongas, deja el remo, la corriente
del destino que te hicieron te acompaña,
cree en todo, ya no luches, la simiente
del rebelde ya no existe. Ni mañana.
Te aconsejo, así es la vida digitada,
ya cansada, desgastada, dolorida,
que te imponen porque si, porque eres nada
más que un hombre preocupado por la vida.
OTOÑO
Y juntaba las papas en el surco
y el olor de la tierra me llenaba
el sol ponía su tintura roja
y el cielo carmesí casi clamaba
por el agua faltante de las hojas
Enderecé la espalda dolorida
y miré el membrillar viejo y sufrido
renovar las etapas de su vida
mostrando el fruto en sazón y brillo
y al mismo tiempo vi caer la hoja
Dios está aquí, pensé, yo dulcemente
en el fruto, en el árbol, en la tarde;
en el cielo infinito que parece que arde
y en la hoja de un membrillo que cae,
y en un ave que pasa
y en un silencio absoluto
Dios está aquí conmigo, yo lo siento
y por ello escribo el sentimiento
es algo que sentí.
El estuvo conmigo en un momento.
El momento que tarda una hoja que cae.
RIO CHUBUT
Con el canto del río que se
frena
al llegar a la barra marinera
entre juncos y matas, cara al viento
lamiendo el pedregullo en la rivera.
Es la sal de su vida que se mezcla
con la sal de la mar que lo vulnera
la lucha cotidiana de seis horas
repetida, silente, en las mareas.
Dominando en lo alto allá en la presa
serpenteante, vital, al fin libera
la vida que su entraña deposita
mansamente, común, en buena tierra.
Ritual que enciende verdes y radiantes
cortando el gris desierto en primavera
sus venas las acequias y canales
en su entrega veraz y placentera.
Y llega a Rawson y en sus sauces tristes
retoma la serena ansia costera
hacia el destino portuario de gaviotas
meciendo las barcazas y las velas.
PAUSA LABORAL
Aquí donde la pausa trivial se
hace suspenso
para estrellar sonidos por las calles veloces,
para apurar el paso, de hacia nada,
a la nada total de la desesperanza.
Cuando la sonrisa se hace viento en los árboles,
es esta hora propicia en que los niños
trituran las aceras con balcones
y los pájaros cuelgan melodías
en las nubes.
En que el hollín es el luto de la ciudad doliente,
el fantasmal recuerdo de las horas vencidas
y la sirena, el perro pastor de las ovejas feroces
y obsesivas.
Siguen tras los cristales
desfilando en la tundra de concreto
el ejército victorioso de frío,
de frustración, de angustia,
de alegría, de risa.
Y yo escribo, y aún en esta pausa
a pesar de la vid y de mí mismo
quise encontrar la poesía.
REQUIEM PARA MI MUERTE
(Escrito horas antes
de la muerte del autor).
Quisiera que en este tiempo
de espera e incertidumbre
halles el fondo alegre
que buscaste de niño.
Un lugar campesino,
un margen del río,
unas gallinas rojas
y el piar de pollitos,
un hogar, unos leños,
una huerta tranquila
y los frutos servidos
en la mesa sencilla.
Que más pedirle a Dios
que morir esa vida.
|